miércoles, 7 de febrero de 2007

The Pursuit of Happyness

A mí sí que se me han saltado las lágrimas.
Will Smith te introduce en la historia en minutos, y te hace pasar por todos los estados sentimentales, desde la máxima tristeza o impotencia a un estado de felicidad total (que se viven realmente). Su interpretación es sublime, sin duda, la mejor de toda su carrera, y puede ser un gran ganador y la sorpresa de los Oscar (lo mismo opiné de Ed Harris en Copying Beethoven, pero acabo de cambiar de opinión).

 
El pequeño debuta con un gran trabajo, en el que se percibe la estrechísima relación que debe tener con su padre; protagoniza momentos preciosos. Tiene futuro.
No he visto la versión doblada, pero tanto el Sr. Smith como su hijo, seguro que transmiten mucho más con sus voces; sin duda, recomendable en VOS.

En general la película tiene un aire clásico, de las que perviven en el tiempo (aunque no esté premiada); es completamente atemporal y trata de la superación del hombre en este mundo, las dificultades con las que un padre se encuentra para cuidar a su hijo, el amor por un hijo, el esfuerzo por seguir viviendo, etc. Está dirigida con maestría, con un ritmo del que no te puedes apear, buena música, y una de las mejores interpretaciones dramáticas masculinas de los últimos años.
Quizás en algún momento el estómago te de alguna vuelta de campana, y es posible que al final, bien de pena o bien de alegría sueltes algunos lagrimones. Yo he deseado que no acabara tan pronto. Imprescindible.